Por: Dr. Ronny Velásquez.
La Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e innovación estuvo presente en la jornada del Día Internacional de los pueblos Indígenas, que fue apoyado en toda su extensión por La Oficina de Cooperación Española, la Unión Europea, y la Organización de las Naciones Unidas, ONU.
En la sede de la Cooperación Española en Tegucigalpa, se reunieron representantes de los pueblos indígenas Pesh, Nahua, Lenca, Mískito, Tawahka y Garífunas. También estuvo presente un Maya-Chortí, Sr. Domingo Perez, quien destacó las virtudes de sus ancestros Mayas. También presentes, Embajadores de España, Costa Rica, República Dominicana y Colombia. Y sus anfitriones, la Unión Europea, la ONU y Cooperación Española, estuvieron siempre muy activos en todo el nutrido evento.
Por su parte, los organizadores indígenas, fundamentalmente, Lencas, ente ellos, Reina Correa y Salvador Zúniga, acompañados de un buen equipo de representantes indígenas del país, entre ellos, el Sr. Inés Tawahka, mantuvieron todo el evento en actividad constante y destacaron las necesidades más urgentes de sus pueblos:
En primer lugar, se realizó -de manera simbólica-, la ceremonia inicial a la Madre Tierra, encendiendo el fuego Sagrado y las ofrendas a la Tierra, espacio sagrado de todos los pueblos del mundo que nos mantiene vivos si estamos en armonía con ella.
Luego, fueron frecuentes las críticas al pensamiento educativo hondureño, el cual, es pensado desde afuera y no desde adentro, desde la matriz de los pueblos originarios. Se afirmó que este sistema es reduccionista, exclusivista y hasta cierto punto “racista” ya ye se destaca de manera prioritaria, la cultura dominante que se impone aún con rasgos colonialistas.
Así, se destaca en el evento la necesidad urgente de asumir “Derechos constitucionales educativos, culturales lingüísticos e identitarios de todos los pueblos originarios de Honduras”, y a la vez, se rechaza seguir usando el concepto INDÍGENA, por ser despectivo, colonial y no representa en el fondo, la esencia de ser auténtico, y originario. Por lo tanto, es un llamado a la reflexión de todas las instituciones del Estado instituidas hasta hoy, que, en el fondo, no han pensado a los pueblos originarios para ser incluidos de manera adecuada y respetuosa, sino, sólo como ejemplo de cultura popular, indígena, o folklórica, que sirven para el espectáculo y las celebraciones patrias en el sistema educativo.
Estos líderes indígenas destacaron que deberían estar entre sus objetivos prioritarios, las acciones necesarias y urgentes, las cuales deben incluirse en la construcción de un proyecto educativo autónomo, con pensamientos propios y originarios que reflejen los conocimientos, sabidurías prácticas y las diversas formas de aprendizaje que tienen los pueblos originarios de Honduras de manera diferenciada y no generalizada.
Se Propone de esta manera, que en este proceso que hoy vivimos de cambios afirmativos y reconstrucción de la Patria, se tomen en cuenta a todos los ocho pueblos originarios que favorable y orgullosamente, “sobreviven” en Honduras, pero que están amenazados por las vicisitudes del despojo de sus tierras, abandono de sus idiomas originarios y la sumisión involuntaria de su economía que los somete a las formas comerciales impuestas por todas las convenciones descaracterizantes de la cultura dominante.
En este sentido podemos interpretar que después de cientos de años, la educación oficial para los pueblos originarios de Honduras, se les está llevando a un abismo sin posibilidad de retorno, y estas diferencias son realmente abismales porque ellos afirman que “no se ha reforzado nuestro sistema de pensamiento ni nuestras prácticas culturales originarias”, afirmaron.
Por el contrario, lamentan que casi todos los gobiernos de la historia han contribuido a que los adolescentes y jóvenes indígenas se encuentren en un proceso de alienación y enajenación de su propia cultura y buscando de manera afanosa otras formas de vida y alejándose cada día más de los saberes ancestrales, de sus idiomas originarios, de sus territorios y de sus culturas.
Sostienen además que es preocupante que, de una u otra manera, el sistema educativo “nacional” contribuya con la destrucción de sus territorios debido a que la juventud actual ya no quiere conocer las prácticas culturales, pues, ya no quieren ir a sus áreas de cultivo ni desean aprender a cultivar, pescar, cazar, hacer artesanías, cuidar sus espacios ni tampoco aprender los conocimientos ancestrales para la defensa y respeto de la naturaleza como lo hacían los mayores, inclusive, con rituales como se vio -de manera simbólica- al inicio del evento, en el cual se pronunciaron palabras de poder y en algunas otras circunstancias, también se entonan melodías y cantos sagrados, a plena voz, a capella o con instrumentos como las flautas de carrizo, caparazones, huesos, o diversos otros instrumentos musicales.
Ahora, los jóvenes quieren ser asalariados, necesitan empleo y trabajo pagado y prácticamente los esquemas culturales se van desvaneciendo, por este motivo, en cada nación originaria, se vienen realizando procesos de reflexión, autocrítica y surgen propuestas, pero en muchos de los casos, se politizan de manera partidaria, lo cual influye en la escisión de los pueblos originarios.
Como vemos, es un problema de gran trascendencia mantener un sistema educativo nacional fijo y basado en Cánones que ya no son adecuados para cada contexto, no es lo mismo la aplicación del modelo Pesh con el garífuna, o con el pueblo de habla inglesa de las Islas de la Bahía. Tampoco, el modelo de la cultura Mískita, con la Maya Chortí y así, con cada pueblo incluyendo a los Lenca o a los Nahua, que, aunque ya no mantienen sus idiomas, sus cosmovisiones y sus sistemas de pensamiento son particulares según sus tradiciones, sus sistemas alimenticios, y sus áreas geográficas en las cuales viven.
En cada contexto, cada nación originaria quiere mantener su sistema cultural, su esquema y su entidad sociocultural, su territorio, sus prácticas culturales sanas, y los procedimientos del pensamiento particularizado. Sin embargo, con un régimen educativo generalizado no se puede cumplir ninguno de los objetivos personificados por cada pueblo, porque cada uno responde a concepciones muy específicas según cada tradición cultural y cosmogónica.
Nosotros consideramos que este es un problema generalizado en el pensamiento educativo hondureño, que visto de esta manera, es reduccionista, de exclusión y hasta finalmente “racista”, concepto que hoy está erradicado desde la apreciación antropológica.